dissabte, 20 d’octubre del 2007

No quise hacerle daño

Yo esperé aquel momento
tantos días
y me fue fácil
deslizarme hasta su cuarto.
Su ventana
cedió
con un gruñido,
mis pies
no despertaron
a las alfombras.
Me fue tan fácil
deslizarme hasta su cama y verla respirar,
si hasta las sabanas sentían el calor aquella noche.
No perjudica a nadie el acostarse,
un poquito de amor no daña a nadie,
nada le costaba haber cedido,
dejarse acariciar unos minutos.
No quise hacerle daño, no.
Así se lo dije
tapándole la boca suavemente.
No quiero hacerte daño, no.
le dije que sólo iba a acariciarla.
No tenía porque asustarse tanto, tanto, tanto...
tuve que acallar el grito de sus ojos,
y apreté demasiado,
lo lamento.
y estuvo bien, pero estaba tan fría,
y estuvo bien, pero estaba tan ausente,
y estuvo bien, pero estaba tan inmóvil,
y estuvo bien, pero estaba tan inmóvil.

Albert Pla